Lo llaman "Veinticuatro", un sobrenombre que Yoandri Hernández Garrido ostenta con orgullo porque señala una particularidad que además de distinguirlo de los demás le permite ganarse la vida.
El cubano está orgulloso de ese dedo extra en cada extremidad porque además de facilitarle trepar las palmeras a cortar cocos le permite posar para fotografías con los turistas en esta ciudad del este de Cuba. Un viajero le pagó diez dólares para sacarse una foto con él, dijo Hernández, la mitad de lo que gana el promedio de los trabajadores en la nación caribeña.
"Gracias a los veinticuatro dedos que tengo es una forma en que me busco la vida porque no tengo un trabajo fijo", afirmó. Conocida como polidactilia, el hecho de que Hernández tenga dedos extra es algo relativamente común, aunque es raro que estén tan bien formados. Si uno mira rápidamente sus manos le costará notar algo inusual a menos que fije la mirada y se ponga a contar. Hernández dijo que de niño fue visitado por un prominente ortopedista cubano, uno de los médicos de Fidel Castro, quien declaró que en todos sus años de viajes nunca había visto una polidactilia con dedos tan perfectos. "Se impresionó mucho cuando vio mis dedos", dijo el cubano, el único en su familia con esa característica.
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