“No sé, búscalo en Google”. ¿Cuántas veces habrán dicho o escuchado esa frase? En mi caso, muchas. Lo curioso es que, según un estudio, esto no se debe solamente a lo práctico que resulta encontrar información en el buscador, sino a que Internet estaría cambiando la manera de funcionar de nuestro cerebro.
De acuerdo con el informe publicado por la revista Science, un grupo de investigadores pidió a varios estudiantes universitarios que tomaran nota de datos como “El ojo de un avestruz es más grande que su cerebro”. A algunos se les avisó que las notas serían guardadas en una o más carpetas de un ordenador, mientras que a otros, se les dijo que serían eliminadas.
Como resultado, quienes sabían que la información se perdería, recordaron con mayor precisión los datos que les suministraron. En el extremo opuesto, los que tenían la seguridad de que iban a contar con un archivo para consultar, pudieron recordar mejor dónde fue almacenado el mismo.
La conclusión del trabajo indica que el cerebro ya no otorga tanta importancia a los conocimientos que recibe, sino a la manera de volver a obtenerlos. Por ello, este descubrimiento fue denominado como Efecto Google, a raíz de que prácticamente podemos hallar todo lo que necesitamos, siempre que recordemos cómo ingresar al motor de búsqueda.
Lejos de demonizar a un simple sitio web, esto nos habla de los importantes cambios que genera la red de redes en nuestras vidas. Aparte de brindarnos la posibilidad de comunicarnos con cualquier persona en el mundo u obtener acceso a una cantidad enorme de contenidos, también altera hasta nuestra forma de pensar. Lo importante es tener en cuenta que hoy, esa información que no memorizamos está disponible, pero mañana… ¿quién sabe?
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