Un estudiante de secundaria de Utah ha aguantado el año posiblemente más mortificante de su vida después de ver como su papá le decía adiós en el bus escolar vestido con un traje diferente cada mañana.
Durante un año escolar el Sr. Price ha surgido en el porche de sus casa como una sirena, un mariachi, una novia, un payaso y hasta como Caperucita Roja; aunque el traje más celebrado fue uno en el que salía haciendo sus necesidades en un aseo colocado en la entrada.
Son sólo algunos de los 170 disfraces que se puso para despedir a su hijo todas las mañanas. La regla que se había autoimpuesto era que no podía repetir dos veces con el mismo traje y que todos debían quedar aparentes, a pesar de que el Sr. Price está amputado de una pierna
Para sorpresa del infante, sus compañeros de autobús llegaron a esperar como una celebración diaria ver con que tipo de vestuario el padre les recibía cada mañana. Incluso su casa se ha convertido en un centro de peregrinaje local que aglutina a curiosos que, antes de ir a trabajar, se paran allí para ver la elección del día.
Dale Price, el festivo patriarca, afirma que el tratamiento que a diario dispensa a su hijo era simplemente una forma única de decirle “Te quiero”.
Puedes ver todas las fotos en el blog Wave on the bus. Via menéame.
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