La renta variable española no encuentra suelo donde rebotar y marca nuevos mínimos golpeada por la incertidumbre económica y por nuevos asuntos empresariales.
El Ibex se precipita un 4% adicional.
Los expertos ven en
los últimos descensos oportunidades de inversión a pesar de que a corto plazo pueden repetirse las caídas "violentas".
El castigo que está recibiendo la bolsa española no se frena y, de hecho, durante la semana han aparecido elementos que han escrito otro capítulo negro.
A la desconfianza de los inversores sobre la debilidad de la economía española se han sumado, en las últimas jornadas, episodios empresariales que han tumbado la renta variable interior por quinta semana consecutiva. Los rumores de nacionalización de la petrolera YPF, controlada por Repsol, han tomado cuerpo esta semana con la expropiación de esta filial por parte del gobierno argentino.
Desde entonces, la cotización de la empresa española está viviendo su particular calvario y en cuatro jornadas se dejó un 16,06% (desde lunes hasta el jueves), además, el descenso durante el 2012 sube hasta el 17,81 %.
Pero no sólo ha tocado recibir a Repsol esta semana, sino que el conjunto del mercado interior está sufriendo de lo lindo. El sector financiero, en el centro de la diana desde hace meses, sigue mostrando su debilidad y pasando factura a la evolución del índice español, dado que la mayoría de valores bancarios arrastran pérdidas de dos dígitos.
Esta semana se ha conocido un nuevo incremento de los créditos impagados, hasta niveles máximos desde 1994 (por encima del 8%), aspecto que ha tenido un reflejo inmediato en la cotización de las entidades financieras, incapaces de ver la luz al final del túnel por su exposición al sector inmobiliario. Y, si la banca va mal en bolsa, las constructoras tampoco es que vivan su mejor momento.
La desinversión de la constructora ACS en Iberdrola, asumiendo importantes pérdidas en vender con un gran descuento un 3,7% de la eléctrica, de la que mantendrá un 14,85%, penalizó la cotización de los valores afectados. Además, la nacionalización de YPF ha provocado un tsunami en la cotización de la constructora Sacyr, accionista de un 10% del capital de Repsol, y que hasta el jueves se convertía en el peor valor del selectivo desde que comenzó en 2012, con una minusvalía de cerca del 60%-de la cual un 25% corresponde a la caída de esta semana.
Los inversores no se fían y han preferido abandonar la bolsa española antes de que sea demasiado tarde. Esta fuga en masa de los inversores ha empujado el selectivo índice por debajo del nivel psicológico de los 7.000 puntos, hundiéndose a mínimos de los últimos tres años.
A pesar de perder esta importante cota, la aparición de algunas compras en la última sesión semanal permitió al Ibex 35 remontar y alcanzar los 7.040,60 puntos y enjugar una parte de las pérdidas, a pesar de cerrar la semana con un descenso del 2,90%.
Las caídas de las últimas cinco semanas, de las cuales las últimas tres han sido bastante significativas, dejan el selectivo índice con una pérdida anual de cerca del 20%.
Cabe recordar que el Ibex 35 despidió el ejercicio del 2011 con una minusvalía del 13,11% y en 2010 también acabó con descensos del 17,81%. En resumen, dos años de números rojos y de camino hacia un tercero, si las cosas van como hasta ahora.
Muchos expertos creen que los mercados son demasiado irracionales y se dejan llevar por las tendencias y los estados de ánimo.
Ahora lo que toca es bajar y nada detiene esta evolución (al igual que, cuando tocaba subir, ninguna mala noticia no frenaba las alzas).
Durante las últimas sesiones el Estado español ha vuelto a los mercados para colocar deuda y, a pesar de la desconfianza inicial, y la elevada prima de riesgo, que no abandona a los 400 puntos básicos, las colocaciones realizadas han tenido el apoyo de los inversores (que han triplicado incluso la oferta del Tesoro).
Esto, que en otras circunstancias podría haber dado pie a algunas alzas, tuvo un impacto más limitado por la gran presión que recibe la bolsa española en los últimos meses. Por otra parte, los rumores sobre una rebaja en la calificación de la deuda francés, más tarde desmentidos, sirvieron de excusa para deshacer posiciones.
A pesar de que el viernes las compras volvieron a aparecer en los parqués, los analistas creen que nada ha cambiado y que la desconfianza hacia el Estado español continuará penalizando la evolución de la renta variable, sobre todo del Ibex, que junto con el Eurostoxx, 50 son los únicos que arrastran pérdidas anuales. No obstante, los expertos también advierten de la aparición de oportunidades en algunos valores que han quedado demasiado penalizados pero que cuentan con buenos fundamentales y, sobre todo, con una política de dividendos muy atractiva.
Sin embargo, y como señalan desde Renta 4, todavía se pueden ver caídas, incluso "violentas", a corto plazo.
De hecho, por si alguien no lo tenía claro, este es un mercado apto sólo para profesionales o para aquellos inversores con un corazón a prueba de sustos.
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