Un problema cada vez más frecuente: el destino de nuestras cuentas y documentos cuando nosotros desaparezcamos.
Hace unos años propuse dejar una serie de datos por escrito, el testamento digital. Ahora veo que hay distintos servicios web que pueden ayudar a cumplir ese cometido. Uno es My Webwill, y el otro Deathswitch.
Básicamente lo que hacen es enviar un email con un contenido determinado a una dirección escogida (o a varias, si en vez de la versión gratuita uno usa la Premium). Deathswitch mandará un email para comprobar si el usuario está vivo, con la periodicidad que éste determine (desde una vez al día hasta una vez al año). Es interesante leer las FAQ: “¿Qué pasa si estoy en coma tres meses y luego me recupero?”.
Pero sea cual sea el procedimiento de aviso que uno escoja, es importante pensar que no sólo hay cuentas de correo, Facebook y Twitter, contraseñas de blogs, claves para acceso a bancos, y documentos en la nube (que por otra parte crecen constantemente en número), sino también documentos en las memorias de nuestros ordenadores y teléfonos, cuyos destinos puede ser útil prever.
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