Cómo contaban los días los mayas.
Lo que seguramente sorprende más de la civilización maya es su legado cultural.
En contraste con las sociedades que la rodearon, la civilización maya se caracterizó por un desarrollado nivel de conocimientos astronómicos y matemáticos que le permitieron idear un calendario que hasta el día de hoy da que hablar.
¿En qué consistía el verdadero calendario maya, tan impúnemente invocado en las proximidades del 2012?
La ciencia de los mayas
Los mayas alcanzaron lo que se puede considerar el mayor grado de desarrollo astronómico y científico de toda la América precolombina.
Las matemáticas y la astronomía fueron las dos bases fundamentales para la creación del calendario maya.
Por un lado, utilizaron un sencillo y eficaz sistema numérico vigésimal: los números iban del 0 al 19 y se representaban utilizando una concha (para el 0); puntos o círculos para los números del 1 al 4; y barras, que representaban el 5.
De esta forma, los mayas representaban los números, que pueden encontrarse dibujados en el calendario.
Cabe destacar que la noción del cero era otra prueba del alto desarrollo matemático de los mayas, ya que supone un concepto muy abstracto que fue desconocido por varios siglos en el mundo prehispánico.
Por otro lado, el invento del calendario maya no hubiera sido posible sin el estudio de los cielos. A ello se abocaron los sacerdotes, verdaderos astrónomos que observaban los espectaculares cielos prehispánicos con ninguna otra herramienta más que sus ojos y su mente.
Gracias a estas observaciones, los mayas pudieron establecer un ciclo solar de 365 días, y otro lunar, de 295 días.
El calendario
El calendario maya fue, sin duda, uno de los logros culturales más importantes de América. Consiste en una cuenta de días seguidos, que parten de una fecha inicial determinada, el día 0, que en nuestro calendario occidental corresponde al día 12 de agosto del año 3113 antes de Cristo.
A partir de las observaciones astronómicas, los mayas idearon dos calendarios: uno de 365 días que llamaron Haab; y otro paralelo, compuesto por 260 días, que tenía el nombre de Tzolkin.
Excelente video en castellano que explica visualmente el sistema calendárico maya
El calendario Tzolkin se utilizaba en la vida cotidiana, significaba “la cuenta de los días”, y servía para indicar ceremonias religiosas o actividades agrícolas. Los 260 días se dividían en 13 meses de veinte días cada uno.
El Haab, en cambio, se dividía en 365 “kin” (días) y 18 “winal” (meses) de 20 días cada uno, cada uno con su nombre y símbolo correspondiente. Sobraban 5 días, que se incluían en el mes Wayeb.
Los mayas combinaron ambos calendarios en una rueda para numerar los años. En este ciclo mayor, ambos calendarios coincidían en sus fechas cada 52 años.
La rueda se componía de tres círculos: uno pequeño de 13 números, otro mediano que indicaba los 20 símbolos de los días del calendario Tzolkin, y un círculo mayor que representaba el calendario Haab de 365 días.
Cuando el círculo del Haab completaba 52 vueltas, se cumplía un ciclo de 18.980 días, y al mismo tiempo 73 vueltas del calendario Tzolkin. Esto indicaba el inicio de un nuevo siglo o era maya, y la celebración de la ceremonia del fuego nuevo.
A diferencia de la mentalidad occidental, los mayas poseían una concepción del tiempo claramente circular (el mismo calendario nos lo indica).
Cuando acontecía algún evento histórico importante, como una guerra o un fenómeno natural, los mayas lo registraban, y vaticinaban que cuando el calendario volviese a situarse en la misma posición en el futuro, algo similar sucedería.
La Piedra del Sol no es el calendario maya:
La famosa imagen que generalmente se asocia con el calendario maya corresponde, en realidad, a un disco de basalto mexica llamado la Piedra del Sol.
Representación de la Piedra del Sol: no es el calendario maya.
Si bien el disco contiene una importante simbología cosmogónica y cíclica dentro de la cultura azteca, tampoco representa el calendario de ese pueblo.
El 2012
Según el conteo del calendario maya, en el año 2012 del calendario gregoriano, termina un ciclo maya de 5125 años.
Esta coincidencia fue fuente de teorías apocalípticas que no tuvieron en cuenta ningún aspecto de la cultura de la que tan rápidamente y con tan poco recaudo se tomó la fuente de inspiración para las más fantasiosas predicciones del fin del mundo.
De más está decir que dichas teorías no coinciden con el concepto maya de fin de un ciclo calendárico, y que el actual pueblo maya no considera el año como una fecha significante.
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